Tras más de un mes de uso intenso, he estado usando y trasteando durante infinidad de horas el Nothing Phone (3) como mi teléfono personal. Ha sido un viaje lleno de sorpresas, algunas muy agradables y otras no tanto. Con el lanzamiento de este teléfono, Nothing buscaba consolidar su posición en el mercado de alta gama y diferenciarse aún más de la competencia. Para un usuario como yo, que ha seguido de cerca la evolución de la marca desde sus inicios, el Nothing Phone (3) representa un salto importante, pero también una mezcla de luces y sombras.
Este artículo no es un simple resumen de especificaciones, sino un segundo análisis personal y detallado (aquí podéis leer el primero tras una semana de uso) sobre lo que realmente significa vivir con este dispositivo en el día a día. He usado el teléfono para todo: trabajo, ocio, fotografía, redes sociales y, por supuesto, para exprimir al máximo todas las novedades que nos prometieron. Desde la tan publicitada Glyph Matrix hasta todas las lentes del módulo de cámaras, he tenido tiempo de sobra para aclarar todas mis ideas y crear una opinión sólida.
Una pantalla trasera llena de opciones con una implementación a medias
Cuando Nothing presentó la Glyph Matrix, me emocioné. La idea de tener una pantalla interactiva en la parte trasera con infinitas posibilidades me pareció brillante. Sin embargo, después de un mes, mi decepción es palpable. Siento que la función ha salido en un estado beta. Aunque el potencial es enorme, y así lo está demostrando la comunidad, el trabajo actual de Nothing ha sido escueto y sus funciones son limitadas. Espero que con el lanzamiento de Nothing OS 4.0 saquen jugo de su mayor atractivo.
Un ejemplo claro son las notificaciones esenciales. Se supone que deberían ser una de las principales ventajas, pero a menudo fallan. Si recibes varios WhatsApps de grupos, las notificaciones esenciales se fusionan de manera errónea y la pantalla Matrix deja de notificar, perdiendo su utilidad principal. A día de hoy aún no han conseguido solucionarlo.
Por otro lado, los tonos generativos siguen fallando tras tres actualizaciones. A pesar de tener dos estilos para elegir, no reflejan el cambio en las llamadas entrantes, lo que hace que la función sea inconsistente. Por no hablar que algunos tonos generativos son realmente feos, creo que deberían darle una vuelta a este asunto para que se vean siempre más agradables y vistosos. A veces se ven simples líneas sin ningún atractivo visual.
Me sorprende que sea la propia comunidad la que esté creando los Glyph Toys, utilidades que deberían haber sido desarrolladas por la propia marca desde el principio. Cosas tan básicas como un reproductor multimedia como ya tenían los dispositivos con glyphs, deberían estar ya integradas desde su lanzamiento. Prácticamente todas las funciones de la Glyph Matrix (excepto llamadas y notificaciones) se sienten como utilidades separadas del teléfono, no como una extensión natural del sistema operativo. Espero que en futuras actualizaciones integren más funciones que se ejecutan en Nothing OS (en tu pantalla delantera) y se “reflejen” en la pantalla trasera al bloquear y girar el móvil.
Las luces y sombras de un apartado fotográfico ambicioso
La cámara del Nothing Phone (3) me genera sentimientos encontrados. Por un lado, hay aspectos que me encantan, pero por otro, existen problemas significativos que necesitan una solución urgente.
Empecemos con las buenas noticias. La función de presets es una auténtica pasada. Cuando funcionan correctamente, te permiten obtener resultados casi de estudio sin necesidad de postproducción. Es una de las características que más uso y aprecio. Además, el modo macro es espectacular con buena luz, permitiendo capturar detalles con una nitidez impresionante.
Otro acierto, en mi opinión, es la elección del teleobjetivo de 3x. Mientras que otros móviles apuestan por un 5x que a menudo limita la composición, el 3x del Nothing Phone (3) me ha dado mucha flexibilidad y he disfrutado muchísimo haciendo fotos con él.
Sin embargo, hay problemas graves. El software de la cámara es muy inestable, especialmente cuando se usan los presets personalizados. A menudo, las fotos de portada de los presets desaparecen, la fluidez se pierde y, en el peor de los casos, la aplicación se congela/crashea y la única solución para que vuelva a funcionar a máximo rendimiento es reiniciar el teléfono. Es una inconsistencia frustrante en una función que, en teoría, debería ser una de sus grandes bazas.
En cuanto a la calidad de imagen, también hay cosas que mejorar. La detección de animales, en mi caso con mi perra, es notablemente peor que en el Nothing Phone (2). Tuve que repetir la misma foto varias veces para conseguir un buen efecto bokeh, algo que con el modelo anterior lograba a la primera.
Además, he notado problemas de procesado con algoritmos “complejos”. En una foto de mi hija con el mar de fondo, el teléfono difuminó parte de su cara y pixeló las olas. Un fallo extraño que arruinó una foto preciosa. La inconsistencia de colores entre los distintos sensores es otro punto negativo. La cámara principal tiende a ser cálida, mientras que el teleobjetivo es más frío, creando una diferencia de tonalidades que no debería existir en un teléfono de alta gama.
A pesar de todo esto, hay un sensor que me ha sorprendido gratamente: la cámara selfie. Es, con diferencia, la más equilibrada y con mejor rendimiento del conjunto. Captura detalles con precisión y maneja el contraluz de manera excepcional, superando con creces a la del Nothing Phone (2). Ojalá el resto de sensores tuviesen un procesado tan mágico como el de la cámara frontal.
Los detalles que marcan la diferencia
A pesar de los problemas, hay muchos aspectos que me han hecho disfrutar de este teléfono. La construcción es impecable. El Nothing Phone (3) se siente premium en la mano, con una atención al detalle en cada esquina y en la calidad de la pantalla trasera. Es evidente que se ha hecho con mucho mimo.
Un punto a favor enorme que no puedo dejar de mencionar es Nothing OS. La capa de personalización sigue siendo la joya de la corona de la marca. Funciona de forma increíblemente fluida. Es cierto que no noto una gran mejora respecto al Nothing Phone (2), que ya iba de lujo, pero el hecho de que mantenga ese nivel de optimización en cualquier dispositivo (sea más o menos potente) es un gran punto a favor para Nothing.
El Essential Space y otras funcionalidades que me encantan
El Essential Space se ha convertido en una herramienta indispensable en mi día a día. Lo uso para recordatorios y notas, y su funcionamiento es brutal. Ya no tengo que desbloquear el teléfono para anotar algo; simplemente mantengo presionado el botón y le dicto lo que necesito. Funciona de manera fiable y siempre me avisa a tiempo.
Sin embargo, mi cabeza me pide más. Me gustaría que fuese más inteligente, capaz de agregar información a temas de los que ya he hablado previamente. Sería genial que pudiese añadir nuevos puntos sobre una idea de un artículo que estoy escribiendo o agrupar automáticamente notas en colecciones. Si hago una captura de pantalla de un libro, me encantaría que la añadiese sola a mi colección de “libros”.
Además, el nuevo cajón de aplicaciones es muy útil. No solo muestra tus apps, sino que te permite buscar configuraciones, contactos y widgets, todo en un solo lugar. Aunque la interfaz podría ordenarse un poco mejor visualmente, la funcionalidad es de diez y lo uso muchísimo.
La calidad y potencia de los altavoces es notable. Tanto para ver series como para las llamadas, el sonido es potente, claro y con cuerpo. Y en el apartado de vídeo, he notado una gran mejora en la estabilidad de imagen y en la calidad del audio grabado en comparación con el Nothing Phone (2).
En mi uso, tanto la navegación por Wi-Fi como por datos ha sido perfecta, sin fallos. Y en cuanto a Android Auto, ha funcionado de maravilla tanto por Wi-Fi como por cable. Las pocas veces que me ha fallado, ha sido por culpa del coche, no del teléfono.
Por último, como punto negativo, he notado que el teléfono se calienta bastante al usar la funda ARC, esa que deja el cuerpo al descubierto. Con temperaturas de 35 grados que estamos alcanzando estos días podemos llegar a entenderlo, pero puede llegar a ser algo incómodo de sostener, aunque es importante destacar que el rendimiento nunca lo he visto afectado. He editado vídeos para TikTok sin ningún problema de forma fluida y sin contratiempos.
Conclusiones
El Nothing Phone (3) es un teléfono de contrastes. Por un lado, tiene un diseño y una construcción fantástica, una cámara selfie increíble y un asistente personal, el Essential Space, muy útil. Sus presets, cuando funcionan, son una delicia. Pero por otro, la Glyph Matrix se siente incompleta, el software de la cámara es inestable y hay inconsistencias notables en el procesado de las fotos.
Nothing ha dado pasos importantes en la dirección correcta, pero aún les queda trabajo por hacer. Este teléfono tiene un potencial enorme, pero necesita que la marca le dé el soporte de software que merece para convertirse, en todos sus aspectos y características, en una verdadera referencia en el mercado. Estoy seguro de que, con futuras actualizaciones, muchos de estos problemas se solucionarán, haciendo del Nothing Phone (3) un teléfono mucho más redondo y completo.
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