El universo Nothing siempre garantiza expectación y debate con sus nuevos productos, y el lanzamiento del Phone (3a) Lite nos ha vuelto a sumergir en ello. El revuelo en las redes fue notable, avivado por las polémicas de bloatware. Dejando todo esto de lado, mi pregunta central sigue siendo la misma: ¿Cuál es el verdadero propósito de este dispositivo en un mercado donde ya existe el CMF Phone 2 Pro?
Tras someterlo a una prueba intensa durante una semana, y con la perspectiva que me da venir de usar el Phone (3) y (3a) Pro, he llegado a una conclusión: más allá de las especificaciones, que son muy similares a las de CMF Phone 2 Pro, lo que justifica su existencia es la estética Nothing y una sensación de uso que marca la diferencia.
La cuestión existencial: ¿Por qué una versión Lite si ya existe CMF?
La duda es legítima, pues el Phone (3a) Lite comparte muchas especificaciones con el CMF Phone 2 Pro: misma pantalla, el mismo procesador, incluso el Essential Space y la expansión con microSD de hasta 2 TB. Sin embargo, hay dos razones clave. La primera, una teoría lógica: CMF va a independizarse de Nothing, trabajando como empresa independiente, haciendo que Nothing necesite su propio dispositivo de gama de entrada. La segunda, y la que realmente importa, es la experiencia.
Mientras CMF Phone 2 Pro es un smartphone más “juguetón”, colorido, de plástico e interactivo con gadgets externos, el Phone (3a) Lite mantiene la identidad Nothing con su transparencia, su vibe sci-fi minimalista y su construcción. Los materiales son cruciales: aunque el cuerpo sea de plástico, la parte trasera es de vidrio, igual que el 3a, dando un feeling premium que el CMF no tiene. Personalmente, si en una tienda tuviera que elegir entre el CMF Phone 2 Pro y este Phone (3a) Lite, pagaría por el Lite por esa estética diferenciadora.
El unboxing fue una anécdota en sí mismo: el diseño de la caja me encantó, pero el packaging cambió y me resultó confuso, tanto que lo abrí al revés. Al principio me quedé sin palabras con el diseño, aunque luego, con el paso de los días, lo sentí un poco vacío o “Lite Design”, incluso dando pie a memes sobre que su parte trasera parece que incluye un compartimento de pilas. Eso sí, se agradece muchísimo que incluyan una funda en la caja.
El Glyph sutil y las polémicas no deseadas
El diseño Lite trajo consigo el Glyph reducido a un punto, un simple punto escondido abajo. Al principio, me pregunté: “¿Para qué, si la mano lo tapa?”. Pero en realidad, entendí que es un movimiento muy inteligente. Es una notificación para ti, no un light show para los demás (aunque debo reconocer que soy culpable de usarlo para enseñar). Sigue siendo versátil, permitiendo personalizar tonos y parpadeo, dando una sensación de profesionalidad sutil que me encanta.
Sin embargo, el mal sabor de boca llegó con las polémicas de software.
- Fondos de pantalla publicitarios: los fondos no son los típicos personalizados por Nothing, sino fotos ¿generadas por IA? que, luego se supo, eran publicidad encubierta. Al hacer clic te llevan a un artículo. La explicación de Nothing fue que, como empresa pequeña, necesitan monetizar donde puedan.
- Bloatware: tras desbloquear la pantalla por primera vez, encontré tres aplicaciones preinstaladas: Facebook, Instagram y TikTok. Carl Pei siempre prometió que nunca meterían en sus dispositivos bloatware. Aunque son redes sociales y podemos desintalarlas, el problema es que también incluye varios servicios de Meta que hasta día de hoy solo se pueden desactivar, no se pueden desinstalar.
Rendimiento y batería: mejor de lo esperado
El corazón del teléfono es un MediaTek 7300 Pro, acompañado de una gran batería de 5000 mAh. Sorprendentemente, la optimización es muy buena. Viniendo del Phone (3), sentí que la optimización de la batería era incluso mejor, con más horas de pantalla que el Phone (3), seguramente al tener un procesador que consume menos energía.
En mi “día de uso real” con mi abuela en Madrid, con Google Maps, redes sociales, 80 fotos/vídeos y música, terminé el día con 60% de batería, una marca excelente.
Es cierto que no se le puede pedir mucho al procesador. Noté ciertos lags al buscar o abrir aplicaciones, pues “se lo piensa un poco más”. Jugando a Diablo Immortal a 60 fps con gráficos medio-bajos, hay microlags en los momentos de combate, pero para un gamer ocasional que no sea exigente, es perfecto. La experiencia no es fluida al 100%, pero sí suficiente para su público objetivo.
Pantalla y multimedia
La pantalla es la misma del Phone (3ª) Pro, lo cual es fantástico: un AMOLED de 6.77″ con colores vívidos y una tasa de refresco de 120 Hz. Me encantó. El único punto de precaución es el cristal Panda Glass-1681, que me pareció que se raya con facilidad, por lo que recomiendo usar un protector.

El audio no es estéreo, a diferencia del Phone (2), pero es correcto para un móvil de 250 €. No es nada espectacular. Si eres un friki del sonido probablemente será como un “taladro en tu oído”, pero la calidad es aceptable.
La cámara: aceptable con buenas condiciones lumínicas
La configuración es de 50 MP (principal), 8 MP (gran angular) y un 2 MP (macro). Ese último sensor, el macro de 2 MP es vergonzoso, no llega ni a los 8 MP que considero un mínimo. Echo a faltar un teleobjetivo, no dispone ni de un 2x óptico como el CMF Phone 2 Pro. Es simplemente un recorte digital del 50 MP, por lo que recomiendo disparar en 50 MP.
El teléfono es capaz de hacer fotos geniales, pero solo con mucha luz. En interiores o con poca luz, tenía que estar muy quieta, y aun así, a veces salen las fotos movidas o desenfocadas. No es una cámara para ambientes oscuros, pero si controláis un mínimo de composición y jugáis con las luces, se pueden sacar cosas interesantes que parecen hechas por un Phone (3).
El modo retrato me sorprendió muy gratamente, tanto dentro como fuera. Me atreví a hacerlo sabiendo que saldría fatal, pero algunos salieron muy bien. Hay que estar inmóvil para obtener un buen resultado, pero no vi esas “filtraciones” o imperfecciones del procesado que a veces ocurren, y los colores me gustaron. El vídeo es 4K a 30 fps, de sobra para el público casual. La cámara interna de 16 MP es decente, pero “un poco terrible” en interiores con poca luz.
Quién debería comprarlo
Pese a todas las críticas en redes sociales, el dispositivo fue sold out a las pocas horas de su lanzamiento. Eso demuestra que a la gente le encantó la propuesta.
Aconsejaría este móvil a:
- Estudiantes o usuarios con presupuesto bajo que quieran adentrarse en el mundo Nothing con su diseño único
- Usuarios poco exigentes que hagan mini-multitasking (redes sociales, Google Maps y apps ligeras)
- Amantes de YouTube que valoren la gran pantalla AMOLED con colores vibrantes
- Si necesitan espacio (gracias al slot microSD de 2 TB) y lo usan para recuerdos fotográficos y redes
- Quienes ya tienen earbuds Nothing y quieren completar el ecosistema con el estilo sci-fi transparente, en lugar del CMF
Conclusiones
Por este rango de precio de 250 €, obtienes mucho más de lo que esperas. ¿Es perfecto? No. ¿Es para todos? Tampoco.
Las limitaciones que encontramos (procesador y cámara) no son puntos de debate ni de cesión, sino simplemente lo esperable para el rango de precio. Si buscas juegos extremos o las mejores cámaras, no hay otra, tendrás que gastar como mínimo el doble. Pero si lo que quieres es un budget phone que haga todo lo esencial, lo haga bien, que te dure todo el día, que tenga el toque de diseño diferente de Nothing (y un excelente servicio al cliente y comunidad), esta sería mi primera elección.
Pienso en mi yo universitaria con mi Honor 9, y habría comprado este móvil sin dudarlo. Es esencialmente un Phone (3a) en materiales, con un procesador menos potente y una cámara simplificada, pero con la identidad Nothing intacta.
Análisis Nothing Phone (3a) Lite
- Diseño y construcción
- Pantalla
- Sonido
- Rendimiento y SO
- Batería
- Glyph
- Cámaras














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