Después de un par de meses usando el Nothing Phone (3) como mi teléfono personal, la pregunta que me hago es: si volviese al Nothing Phone (2), ¿qué echaría realmente de menos? Esta reflexión, que he meditado a fondo, es la clave para entender si este cambio de dispositivo es algo que merezca la pena. Obviamente, es mi opinión basada en mis gustos y necesidades, pero creo que puede ser útil para los que estén dudando entre dar o no el salto. Si queréis saber qué opino en detalle del Phone (3), os recomiendo leer mi análisis.
El motivo que justifica el cambio: la cámara
Si soy completamente honesto, tras analizar cada una de las nuevas características que ofrece el Nothing Phone (3), solo hay una que me hace imposible volver atrás, y que para mí justifica la inversión: la cámara.
Siempre he valorado mucho la fotografía en un móvil. En el Nothing Phone (2), echaba mucho de menos la capacidad de acercarme a los sujetos, de tener un zoom óptico o, en otras palabras, un teleobjetivo. Me faltaba esa herramienta para capturar planos lejanos, para hacer retratos con una compresión interesante o para crear las composiciones que realmente quería. Muchas veces tenía que recurrir a mi cámara semiréflex, pero con el Nothing Phone (3), esa necesidad ha desaparecido.

Aunque la cámara del Phone (3) no es la mejor del mercado, y he leído muchas críticas al respecto, sinceramente, después de las últimas actualizaciones de software, creo que hace un trabajo extraordinario. El teleobjetivo es el principal motivo por el que yo me quedaría con el Phone (3). Me es imposible volver al Phone (2) y no disponer de esta lente tan poderosa.
¿Y qué pasa con el resto de novedades?
Es probable que muchos estén pensando: “¿Y qué hay del Glyph Matrix? ¿Y de la mayor potencia del procesador?”. A esto, mi respuesta es doble: por un lado, habla muy bien del Nothing Phone (2), y por otro, relativiza las novedades del Phone (3) bajo mi perspectiva.
El Nothing Phone (2), a pesar de tener ya un par de años, sigue siendo un dispositivo increíblemente completo. Su diseño es exquisito, su rendimiento y su sistema operativo son excelentes, y para un uso cotidiano, no le falta de nada. Por eso, las mejoras del Phone (3), aunque son notables, no se sienten como un salto gigantesco ya que el Phone (2) sigue siendo un dispositivo muy ágil y además le queda un año de actualizaciones de Nothing OS.

A la espera que le saquen mayor provecho a la Glyph Matrix
En cuanto a la Glyph Matrix, es cierto que ofrece más juego y opciones que los Glyphs, especialmente lo que me encanta es poder saber qué tipo de notificación esencial he recibido gracias a su personalización, en base a iconos pixelados de un simple vistazo. Sin embargo, a día de hoy, no sería un motivo sustancial para justificar el cambio. Actualmente no veo indispensable ningún juego o widget de la Glyph Matrix.
De hecho, a mí me sigue pareciendo más atractivo el sistema de Glyphs del Phone (2), aunque claro, también es mucho menos funcional que la Glyph Matrix del Phone (3). A pesar de que me gusta la evolución y veo un potencial enorme, no es una característica que me haga decir “lo necesito”. Quizás en unos años, cuando Nothing y la comunidad cocine más apps, cambie de opinión. Por cierto, te recomiendo leer mi comparativa de la Glyph Matrix vs los Glyphs.
Essential Space y su botón Essential Key
Essential Space es una herramienta interesante, pero de momento, no es “esencial” para mí. Sí, este juego de palabras no está a la altura, disculpad. Creo que tiene mucho potencial en un futuro relativamente cercano, pero la implementación actual se queda a medio camino respecto a las funciones que me gustaría que tuviese. Me gustaría que fuese más inteligente, que fusionase ideas o las organizase automáticamente, sin que yo tenga que hacerlo todo de forma manual. Por ahora, no es una característica lo suficientemente potente como para inclinar la balanza.

Batería y rendimiento
Lo mismo ocurre con la potencia y la batería. El Phone (3) es un poco más fluido y la batería dura algo más, pero el Phone (2) ya me iba perfectamente bien y su autonomía me aguantaba todo el día sin problemas. Las diferencias son mínimas en el uso cotidiano y no se perciben como un salto generacional que justifique la compra a no ser que seas un jugón que necesita un procesador puntero para rascar unos cuantos FPS en últimos juegos del mercado.
El valor del Nothing Phone (2) y el porqué del cambio
Mi opinión es que el Nothing Phone (2) sigue siendo un teléfono redondo y un ejemplo de que un buen diseño y un software optimizado pueden perdurar en el tiempo. Esto habla muy bien de Nothing, de la calidad y cariño aplicado en sus dispositivos. Bajos mis requisitos y necesidades, las mejoras del Nothing Phone (3), a excepción de la cámara telefoto, no son tan determinantes como para justificar un cambio si ya tienes el modelo anterior.
¡Pero ojo! El extra de batería, la potencia y el nuevo Glyph Matrix son añadidos que me gustan mucho y que, una vez los tienes, también los echaría de menos. Pero si tuviese que elegir una sola característica por la que seguro que no daría marcha atrás, esa sería la cámara.

Dicho esto, la pregunta que me hago es si estoy contento de haber dado el paso, y mi respuesta es un rotundo si. Por todo ello, puedo decir que no me arrepiento en absoluto del cambio, estoy muy satisfecho con mi Nothing Phone (3) y, a pesar de que el modelo anterior siga siendo una gran opción, el nuevo cumple mis expectativas.
Espero que mi reflexión te sea útil. Si aún tienes dudas o quieres preguntarme algo más, déjalo en los comentarios. Estaré encantado de responderte.
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