Y no pasa nada. En serio. Si lo que buscas es el móvil con el mejor procesador del mercado, las cámaras más bestias, el brillo más alto, la pantalla más rápida o la batería con más miliamperios… seguramente el Nothing Phone (3) no es el teléfono que necesitas, no es un teléfono para ti. No insistas, descansa en paz. Esto es como cuando salió la Wii: si querías gráficos punteros, te ibas a decepcionar. Era una consola con specs de otra generación, pero ofrecía algo distinto. Una manera diferente de jugar, de interactuar. Pues con Nothing pasa lo mismo. No compite por tener lo mejor en cada apartado, sino por hacer las cosas a su manera.
El mundo del hate
Llevo días leyendo comentarios negativos: que si el diseño es horrible, que si las specs son de risa, que si la pantalla trasera es cutre. Hay quien se ríe, quien lo desprecia, quien dice que es una broma. Pero es que estamos en la época del hate gratuito. ¿Es lícito? Claro, pero como cada vez estamos más polarizados y sin un ápice de tolerancia a entender que cada uno tiene sus gustos, pues… Estamos en una generación llena de niños rata (es una mera expresión, incluso los hay de 40 tacos) opinando detrás de una pantalla como si fueran analistas tecnológicos. Y no pasa nada. Este móvil no es para ellos. Ni falta que hace. Ya te hemos leído, ya has tenido tu minuto de gloria, enhorabuena.
Nothing sigue siendo una marca de nicho
Ahora mismo, Nothing no es una marca de masas. Y con decisiones como esta, va a seguir costándole salir de ahí. Y personalmente, a mí me encanta, seguramente a ellos no tanto. Porque mientras más tarde en crecer, más esfuerzo tendrá que hacer para diferenciarse, para ofrecer algo nuevo, distinto, con alma y lo más importante, cuidar a sus clientes actuales para que compren el siguiente dispositivo. Yo quiero eso. Quiero seguir viendo móviles con diseños fuera de lo común, transparentes, con personalidad. No quiero otro clon más. No quiero una capa de personalización recargada, llena de funciones que no usaré. Prefiero un sistema limpio, coherente, minimalista. Que sepa a algo.
No necesito lo mejor, solo quiero algo único
No necesito un procesador que me prediga el futuro. Ni una IA que me genere un selfie falso cuando tapo la cámara. Eso está muy bien para viralizar en TikTok, pero no para el día a día. Quiero algo que me motive, que me ilusione. Y este móvil, con su pantalla trasera, me invita a jugar, a trastear, a explorar. Tengo ganas de ver qué soy capaz de “programar” con ella. Tengo ganas de usar su Essential Space, aunque sea sencillo. Me gusta su monocromatismo, su estilo limpio. Y sí, prefiero pagar más por un sistema limpio, sin bloatware, sin publicidad incrustada en las aplicaciones nativas, por una experiencia cuidada que funcione bien en el día a día, antes que tener el mejor procesador del mercado y que al final no me sirva de nada.
Además, me interesa ver cómo Nothing OS evoluciona con el tiempo. Un sistema que recibe actualizaciones cada 2-3 meses, con decisiones de diseño cuidadas. Es lo que quiero. No lo mejor en bruto, sino lo mejor para mí.
Solo tengo una espina clavada: la calidad de las cámaras. No porque sean malas, sino porque creo que ahí hay margen para hacerlo mucho mejor. Espero sinceramente que mejoren el postprocesado y los algoritmos con futuras actualizaciones, porque el hardware da para más y sería una pena no aprovecharlo.
Si no lo entiendes, no es para ti
Este móvil no es para quien hace comparativas sin probarlo. No es para quien valora una tabla de especificaciones por encima de la experiencia. No es para quien quiere lo de siempre. Es para quienes queremos algo diferente, imperfecto si quieres, pero con alma. Si te identificas con esto, genial. Este móvil también es para ti.
Y si no, deja de dar el peñazo. Cómprate de una vez el OnePlus 13, que tanto alabas y sigues sin comprarte, mientras sigues mirando cada paso que da Nothing.
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